Chingado yo

Era un día para acabar con el concepto de días. Uno de éstos. Ya ves. Las llaves se me cayeron mil veces. La puerta chilla como bebé (Le tengo que poner una bujía nueva). La capacidad de embarazarse no es universal. Una injusticia que no se cambia por peticiones mandados por el Internet. Tengo que escribir más. El señor de al lado casi casi se cae al suelo, agarra la cerca nuestra, se estabiliza, se va caminando en medio de la calle iluminado por la streetlight, diría farol, pero se me hace muy cursi, muy peninsular. El yo que escribe. Chingado yo. El día se acaba. Y el yo con ganas de escribir a diario.

1 comentario:

Román Luján dijo...

my only advice:

pégale a las teclas

con los desnudos

hasta que sangren